Breve análisis y reflexión sobre las violencias de género por Patricia Rippa Bricca
#25N-2024-Dra. Rippa Bricca Patricia Liliana
Breve análisis y reflexión sobre las violencias de género
En el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer me pregunto cuántas de nosotras encarnamos las mariposas Mirabal y caminamos acechadas por los Trujillos de la vida, alertas por si algún justificativo del sistema de dominación imperante nos sorprende de forma aguda a formar parte de la larga lista de muertas por femicidio en nuestro país, que según el Observatorio de Femicidios en Argentina "Adriana Marisel Zambrano", asciende a 243 en lo que va del año, dejando a 276 huérfanas/os de quienes nadie se va a preocupar ni ocupar.
Cumplimos 30 años de la Reforma del 94’ que asignó el mayor rango en la pirámide legal a la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, mencionando que todos los tratados de derechos humanos allí incorporados tienen jerarquía constitucional y a 15 años de la sanción de la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, una herramienta fundamental que define la violencia contra las mujeres como "todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico"
Una herramienta muy poderosa del sistema social de género que ha doblegado por siglos a la mujer, son los roles que debe cumplir, ese estereotipo fijado por usos y costumbres arraigados en pensamientos conservadores muchas veces rígidos y autoritarios de los que cuesta escapar, es más, inclusive son difíciles de identificar, como por ejemplo el hecho de ser madres como única opción que valida y completa a la mujer como tal, y en ese sentido aprovecho para hacer hincapié en una temática que es de suma importancia no solo porque afecta a un número elevado de mujeres en el mundo, sino que además impacta en hijas/os y la consecuente perpetuación de la pobreza.
Según la encuesta permanente de hogares, en Argentina el 15 % de los hogares son monoparentales, el 53,5 % son pobres y el 10,4 % son indigentes.
Ahora bien, otro dato importante es que el 80 % de estos hogares está sostenido por mujeres y el 51,2 % no recibe cuota alimentaria.
Se profundiza el mandato social que dicta para las mujeres un estereotipo reproductivo que termina sumergiéndose en el cansancio físico y agotamiento psíquico, lo que significa una sentencia para su crecimiento personal, los hogares monomarentales son los más débiles de la estructura social porque tienen una alta carga de cuidados, el 59 % de hogares a cargo de mujeres destina más de la mitad de sus ingresos a pago de deudas de alimentos y medicamentos, un punto llamativo también es que tienen una tasa de empleo un 26,6 % más alto que el resto de las mujeres, pero son trabajos precarizados, múltiples, que demandan muchas horas, informales y de bajos salarios.
La brecha salarial se agranda con la probabilidad de ser madre y cuantas más hijas/os, menos ascenso laboral provocando una profunda feminización de la pobreza.
Hoy nos encontramos con la eliminación de políticas de prevención y protección, junto con los discursos de odio, que contribuyen a la violencia institucional y al aumento de las agresiones en la sociedad, por lo que es necesario que se implementen políticas públicas efectivas para abordar esta problemática y proteger a las mujeres y diversidades, por supuesto que nos habitan los procesos activos, pensemos en un electrocardiograma y el registro de las ondas eléctricas del corazón, que no son mas que el registro dinámico y enérgico de la vida misma, y cuando ya no haya latidos se percibe plano, lineal, silencioso, así es que no nos derrumbemos por este bache en políticas públicas de género en el Estado, estamos vivas, latidos.
Desde los feminismos como expresión política, que lleva hechos privados a la esfera pública, seguimos ampliando las bases de conocimientos, recopilación de datos, comparación de índices, con el fin de poner en evidencia una realidad que por intereses de diferentes sectores sociopolíticos se trata de invisibilizar, pero también con una profunda autocritica y replanteos que nos llevan a madurar cuestiones del proceso histórico, ya no hablamos de un feminismo, hoy los feminismos son muchos y suman archivos científicos, profundización teórica, diversidad de propuestas con el fin de alcanzar esa igualdad que pregonaban los hombres de la revolución francesa solo para “hombres” y por la que fue raptada y guillotinada Olympe de Gouges al presentar su Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.
Tenemos banderas bien plantadas, a veces jirones y todos los días a media asta por las muertas y por las muertas en vida que siguen sometidas a todo tipo de violencias, maternidades no deseadas, soportando la carga y con índices de costos de crianza no reconocidos ni implementados, el 15 % de los nacimientos provienen de mujeres menores de 19 años con las repercusiones educativas que esto implica y la perpetuación del ciclo de la pobreza, la falta de acceso a la salud sexual y (no) reproductiva, y como máxima expresión de violencia de género y culminación de un largo trayecto los altos índices de femicidios.
Uno de los planteos en épocas adversas es incrementar el tejido de redes y mas que nunca dar paso a la sororidad,no quedarnos en el romanticismo vacío de las palabras sin acción, sino seguir trabajando en proyectos de solución sobre violencia de género e insistir visibilizando datos, entrar en el costo de las tareas de cuidados y el registro único de deudores alimentarios, la reforma judicial feminista, es importante que la justicia no sea el monstruo que subjetive nuestros temores mas profundos a seguir siendo ignoradas como sujetas de derechos, que hoy son edificios magníficos con equipos humanos, en su mayoría hombres sin perspectiva, necesitamos recursos humanos con conciencia de género mirando hacia una sociedad justa en la que formemos parte en vida y no en las estadísticas fúnebres, otro tema a trabajar es la falta de llegada a la capacitación, a la tecnología, al mundo moderno, lo que induce indefectiblemente a la precarización laboral, las mujeres alcanzan solo el 19,2 % de empleos formales, pero enfrentan obstáculos significativos para ascender en la escala social y alcanzar posiciones de liderazgo, es importante trabajar con otros movimientos sociales que estén dando batallas por adquirir derechos, por ejemplo, al cuidado del agua, a la no contaminación ambiental, a la tierra, a los alimentos, a la salud, a la defensa animal, a la autonomía de los cuerpos, pero sobre todas las cosas debemos trabajar este proceso junto a las masculinidades, es un camino que compete a la forma de vivir de la humanidad y no a una venganza, el péndulo extremista es necesario para instalar una necesidad de cambio pero no es favorable a la hora de alcanzar una transformación profunda, no creo que podamos entenderlo ni lograrlo dejando la mitad afuera de la discusión.
Por último, las mujeres deben ocupar altos cargos de poder tanto en política como en las estructuras sociales, además deben tener una lupa de género en sus acciones, de lo contrario seguirán siendo herramientas particulares y del asimétrico sistema de poder que se sostiene a conveniencia en el mismo método hace miles de años, si pensamos a una humanidad de avanzada y hablamos de una conversión potente, actuar en consecuencia es un pequeño gran paso para lograrlo.
Como reflexión final y con absoluta conciencia pienso que la institucionalización de derechos para las mujeres se logrará sin dudas, con la insistente osadía y el coraje permanente de los colectivos sociales a un sistema social arraigado excluyente hasta que pueda ver el beneficio universal de ser inclusivo.
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